martes, 20 de abril de 2010
La historia de los Heredia y los Larios
En el caso de los Larios, D. Pablo Larios, padre de Martin Larios (I Marqués de Larios), se establecería en Málaga tras quedar viudo en los comienzos del siglo XIX, donde comenzaría sus florecientes negocios con exportaciones a través de Gibraltar y mucho más tarde con las bodegas y otras sociedades financieras. Martin, que se supone protagonista de esta historia junto a Manuel Agustín Heredia, no se establecería en Málaga hasta 1831, contando con 30 años, tras la muerte de su hermano Manuel Domingo. Hasta entonces vivía en Cádiz o Gibraltar, controlando allí in situ los negocios familiares. En este punto, tras conseguir el Marquesado y tras los enormes beneficios comerciales que le aportó la guerra contra Napoleón, los Larios se convierten en una de las familias más notables de la ciudad.
Familias Larios Y Heredia
Manuel Agustín Heredia, llega a Velez Málaga con quince años, en 1801 (Año en el que nació Martín Larios) y ya huérfano, en busca del progreso y del futuro que no puede conseguir en su provincia natal. Con empeño y tesón consigue empleo en una tienda de ultramarinos que no funcionaba demasiado bien y que a base de mucho trabajo consigue enderezar en no demasiado tiempo. Pasados unos años, y con Málaga tomada por los franceses, Heredia se introduce en el floreciente mundo del contrabando a través de Gibraltar. Sus idas y venidas de Málaga a Gibraltar son continuas y es más que posible que en esta época conociese e hiciera gran amistad con Martín Larios, que se encontraba también en Gibraltar y que posiblemente también tuviese bastante que ver con el comercio sumergido.
nota
historia
La leyenda de Cortijo Jurado cuenta que decenas de jóvenes pudieron haber sido víctimas de brutales rituales y torturas en los sótanos de la mansión, para diversión de sus inquilinos, señores que podían sobornar a placer para escapar de la justicia. Casos de desapariciones de muchachas que más tarde serían usadas en tétricos rituales sexuales satánicos traídos desde Francia e Inglaterra, siendo enterradas a grandes profundidades en el propio terreno del cortijo. Quizá por eso, la leyenda negra y los fenómenos extraños se manifiestan de forma frecuente.
El misterio comienza desde su construcción, de la que no hay fecha exacta, ni datos al respecto, aunque se piensa que pudo ser construida en 1850, la cual permaneció durante mas de sesenta años a la familia Heredia, quien debido a la bancarrota, se ve obligado a vender a los marqueses de Larios.
Los archivos policiales de la época no mienten: entre 1890 y 1920 aparecieron torturados los cuerpos de cinco jóvenes en los alrededores de la finca. Nadie fue encarcelado por los horribles crímenes. Parece ser que el soborno calló las bocas de quienes tenían mucho que decir, y que el tiempo condenó al olvido la desgracia de muchas familias malagueñas. Sin embargo, Cortijo Jurado comenzó a hablar: apariciones fantasmagóricas, gritos aterradores, golpes y luces inexplicables… ¿Reclaman las asesinadas justicia desde el Más Allá?
Desde que los medios de comunicación se hicieran eco de la leyenda de Cortijo Jurado, varios especialistas en parapsicología (curiosos, investigadores, médiums, etc.) se han acercado hasta la antigua mansión de los Heredia. Muchos testigos aseguran haber visto figuras fantasmagóricas de niñas que vagan por las habitaciones. En las fotografías es frecuente que se reflejen extraño efectos lumínicos. Varias psicofonías obtenidas en el cortijo captaron desgarradores gritos infantiles y ruidos de latigazos.
Se mantiene la firme convicción de la existencia de una larga gruta subterránea que partiría del interior de Cortijo Jurado, para adentrarse finalmente en la vecina finca Colmenares, hoy día sede social de un campo de golf. Aquellas chicas muertas serían trasladadas por este angosto sendero bajo tierra, alejándose así de un lugar tan vistoso como es Jurado, para deshacerse de ellas en la otra casona, perdida entre la espesura de árboles y matojos.
Primera parte
Segunda parte
Un anciano vecino, trabajador del cortijo en esos tiempos, cuenta que los dueños les prohibían tajantemente bajar al “otro sótano”.
Empiezan las sospechas y acusaciones contra los dueños del Cortijo pero son acalladas a base de sobornos en efectivo: el dinero ya se sabe.Empiezan a filtrarse comentarios de los trabajadores que viven en el mismo cortijo, algunos, mirando a través del ojo de una cerradura y viendo nauseabundos espectáculos, otros, oyendo en mitad de la noche gritos desgarradores, extraños “movimientos” en el interior etc., y todo eso a lo largo de días, meses y años.
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